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sábado, marzo 25, 2006

Sombras

Al volverse, o posiblemente al girar la cabeza. Su propio movimiento o algo que se movía. Todo depende de la forma que se haya dibujado, de la condición de la luz que se filtra en ese atardecer, repuesto de la incomodidad, insidioso desasosiego, que le hizo levantarse, traicionar a Mr. Hawks y a Mr. Hawkins que le llegaban en el canal de eitb2.
A la tierra de faraones llegaría la tregua, el alto el fuego de la Edad de Bronce, la arquitectura de J. R. Justice, el sigilo de Alex Minotis, los decorados que parecían piedras pintadas por Ambrós. El espectador, traidor como Nellifer, como Joan Collins, que comienza a temer que al guión de William Faulkner le hayan crecido treguas o altoelfuegos, alegrías de qué contentos estamos y qué de esperanzas tenemos.
Perseguido por el fantasma de un fantasma, la emisora en su más grado de arrobamiento histórico. Publicidad, la pirámide tendrá que esperar, pero Bobby Vinton (kitsch, camp, teletienda y subiendo) declama:

Ya se acerca pues, jaun, o es ya llegada
tregua gloriosa en que promete el cielo
un herri, un artzain plantao en el suelo
a esta legislatura reservada.

Pues lehendakarito en tal jornada
De la oenegé os muestra el fin del celo
Y anuncia a Gara, para más señuelo,
Un petardo, una mesa y una espata

Dantza el orbe del Gorbea y una parte
Espera la gabarra por la ría
Tan soberano el herri en justa juerga.

Que a quien ha dado Arana su estandarte
Dará el bigarren más casposo eguna
En que, vencido el bar, venza la lurra.

Se despierta remasterizado y de la pantalla de televisión sólo sale ruido blanco. Esto es de Herrera, allí donde Loroño no podía con el Águila, o el Águila no podía con Loroño. Se ha quedado dormido y apenas recuerda nada de la acuña (la dirección no se responsabiliza de esto último) publicitaria. El teléfono. Su amigo Unai, que viene a verle acompañado de su hija. Críos. Que no conoce la ciudad, que vaya, cancerbero, a la salida de la autopista, que en media hora llegan. La putada más bella.
¿Son molinos o gigantes? ¿O son molinos gigantes? Wild is the Wind. Entonces, al volverse quizá, sabor de boca de un mal sueño, escasas gotas de agua, insuficientes, por la cara, Robertson Justice le dice que espere. No mirará bajo el coche, pero mirará el maletero. Otro recodo de escalera (At the first turning of the second stair, Eguren) y al fin reunió fuerzas: "Mr Hawks, Howard, where can it be- This land of Eldorado?"
CODA: “Over the mendiak / near Irun, / Down the Valleys of Goiherri, ride, simply write,”/ the shade replied­ / “if you mock at Eldorado”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oiga, ¿le crispa a usted la situación?

Anónimo dijo...

Anón a Anón: ¿No se había dado usted cuenta: nuestro maestro no se crispa con la situación -si acaso algo melancólicamente, lo que viene a decir que se le da encararla con una clase de dignidad y soberanía que hoy más bien escasea-. En cualquier caso, creo, no deja de comentarla, es decir, para descubrir su crítica hay que leerle entre líneas, y entre paréntesis.