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sábado, abril 29, 2006

Día tercero

(Shelley y Sacristán aún encadenados)
Las tibias sílabas que se siguen con la transparencia de un torrente, un descenso o un remanso. Los avisos breves y Pablo ante el Tau, después del Barça. Le aturde Pedro un endecasílabo sin saberlo: "demasiado en Praga sublimes fueron". Para un vizcaíno de entremés. El jamón braseado, la ventresca, el queso roxlo. Pero móvil la tarde, que para Ricardo "buenas noches". Lo escribió Lánder y yo no lo corrijo. Kolmogorov y Mauthner. En la vaga penumbra de Montale, L'anguilla con Lagunilla baciata. Se escuchan sirenas (la vida te da cervezas) y una peregrinación que el Doctor Sancha abandona. Il bacio trapezoidale di Cimabue, a la espera, a la caminata de la perdiz levantada. Paraguay, Paraná, Río Ebro, pater antennariae. De todas las sextinas provenzales, sin duda la más larga es la civil. Afónico Martínez preguntó y afónico canta. El compás de Herrera y el compás de Herrera: Abantos todos. Alcides en su bólido boludo encontrará quien le remede. Si no ponemos remedio.
Después, toda la noche estuvieron viendo a Emilio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...Sagasti

Anónimo dijo...

Psicodelia hubo también, Pedro, y un soneto grande, bueno, sobre El Greco, ciento setenta versos y la hostia tenía. Toda llena de juguetes le tiene la chavala la casa a Paulino. Unos bertsos de Alfonso leyeron, graciosos, graciosos, de un cura sélebre de Barbastro... Y no es raro que el Tau pierda, todo lleno de extranjeros, joder.