Vistas de página en total

miércoles, mayo 03, 2006

La afición reconocida

¿Me equivoco? ¿Fue Fidel Carazo, parlamentario soriano, quien en los sombríos bajosetentas propusiera como artículo primero o segundo de nuestra Constitución algo así como "España reconoce a Dios"? Reconoce, que no identifica en rueda comisarial, que aquí no ha de aplicarse. La memoria histórica funciona así cuando nos toca poco: poco y mal. Cela se refirió en algún artículo a Carazo, pero no recuerdo si a propósito de este asunto.
Lo que nos importa es que España, lo que se dice España, reconoce. A una entidad o un hecho expresado en una subordinada completiva, que creo que se llaman. ¿Es lo dicho y puesto en labios de D. Fidel lo mismo que "España reconoce que Dios es Dios"? Me abstengo. Pero parece ser que la segunda es la formulación de Maragall. El inmarcesible ha dictado que "Si España no reconoce que somos una nación perderá el respeto de millones de catalanes" , lo cual tal vez no sea lo mismo que decir que "España reconoce a Cataluña", porque de eso no hay duda y no es, en cambio, analítico si los hubiera, el juicio oblicitado por el Honorable.
Dejando aparte objeto y tenor del reconocimiento, el reconocedor es España, que es una unidad de reconocimiento (1). Yo he pertenecido a una que bien pudo llamarse unidad de reconocimiento y que vino a ser una forma de escaquearse en unas maniobras, el que lo probó lo sabe. Lo mismo con Pascual: para él y para unos cuantos catalanes, España y sus demonios no ha sido más que una manera nada sutil pero eficaz de escaquearse.
(1) reconocimiento de universales. Las últimas experiencias han demostrado que tras un nombre siempre hay mandanga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No veo por qué los renacuajos (aun en el plano utópico legal que es la cárcel de toda correcta constitución) hayan de reconocer a Dios, en tanto que éste, a las claras está, no hace lo mismo con sus queridos batracios.