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lunes, octubre 30, 2006

Fidelizar

Fidelizar es tal vez término exacto, aunque algunos señalarán que no hay fidelidad en aquél que sale ganando con sus "decisiones fieles". Sin embargo, la virtud es una planta que crece de alimentos quizá espirituales, pero también tasados.
Si podemos ser fidelizados por más de una parte, parecería que en el equilibrio -con estímulos similares- el gato al agua se lo llevaría quien hubiera comenzado primero. Lo que es lo mismo que decir que la clave de la situación en equilibrio, esto es, cuál es la situación real que, además, se llama de equilibrio, es algo que depende del camino que se ha seguido desde un punto de partida no necesariamente arbitrario. Quien da primero da dos veces. Conocemos alegres consumidores fidelizados por multitud de supermercados. Y los hay fidelizados por la infidelidad. Algunos se juramentan para que el mercado sea como Dios manda, sin compromisos y sin memoria.
Se recordará a un famoso monseñor partidario de los más conocidos métodos de fidelización conyugal, a la fidelización del marido se refería siempre. Por lo que hace a los entusiastas del mercado sin memoria, suelen éstos ser unos ilusos. Se reúnen en los bares de hace veinticinco años en días entre semana, con cañas de pescar pasadas de moda.

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