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viernes, diciembre 01, 2006

Poema

RECADO

En la tarde que se deja ir como de rutina
Quien sólo así se conoce y se encuentra
Como en un desmayo galán de vaya uno a saber quién coño
En el verdor y el amarillo de los tilos que brisa suave
Filtran que luz renace, pequeña entre hojas y ramas.
Con un sombrero de paja del bulevar vacío y destemplado
Convengo en un sendero con el primer temblor del crepúsculo.

Estoy en un día de ignota fiesta y me atrevo con el mundo
O con las sombras del Sol poniente
Y se avisa tal vez en la brisa y en los futuros tilos
El ridículo dolor de ese día y esa hora
Como cualquier otro. Como el latido
Incesante al oído martillo que crece que dobla
(Sin tino la marcha pesada de pueblos y ríos)
Como el que repite la consigna vieja
¿Es que de otra calle es la fiesta?
¿Miro a la Luna como a un sombrero?
¿Reclama sin duda sus derechos la Luna?
¿Bocadillos de clientes?
Todas las horas esa hora que el pasado busca
Que hora redimirse quiere.

Y si ahora os dijera que todo vuelve a no ser
A no ser este desfile impreciso de vagas nostalgias
Y si me levantara y os dijera erguido
¿Qué chorra os hais creído? O más bien en un amago
Si ahora yo digo hemos jugado y aunque recuerdo
Cuando yo era un campesino en las fiestas
Ahora soy fuerte que aquí estoy yo otra copa
Como el que gritase en un paisaje descarnado
(pues es figura, no tiene lugar y sí paisaje)
Allí donde la niebla ama la tierra gris, la turba, la planicie
Cuando un caminante apresurado sin rostro no fue testigo

De la voz que se hace aguda y de graja
Y anuncia corneja en poste parada
Nunca bastó haberlo querido y nunca haberlo intentado
Nunca de nada sirvió haberlo logrado
Para así encontrar consuelo en la vana paradoja
O en forzar y retorcer un lugar común que se preserva
Thou shalt be a man, our son
Pero hasta el desprecio desprecia.
Como el que luego calla o el que calló siempre
Como el que alzó su puño o alzó su copa
Y como aquél que no volvió de su copa o de su puño,
Que ahora tal vez yace en una tierra vacía y muda
Como el que ha regresado y sabe que en otro lugar sigue
Vacía su copa su puño y su voz sin fuerza.

Mañana has de volver. Eso es mañana.

1 comentario:

Javier de la Iglesia dijo...

Muy bueno, Pedro. Ahí sí que nos encontramos.

"En la huesa te harán descender, y morirás de las muertes de los que mueren en medio de los mares [muerte sin exequias]" traduce Ezequiel 18,8, nuestro Casiodoro.

No por siempre sabida menos fresca
la noticia...

Abrazos
Javier