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sábado, julio 14, 2007

La libertad del reino de la necesidad

Un hombre bebe más de la cuenta. Llega más tarde de la cuenta a su casa y se acuesta. Sueña y se desvela. Se duerme. Sueña que le duele la cabeza o le duele la cabeza.
Sueña que los sueños son un mecanismo preciso donde contigüidades y analogías constituyen leyes férreas. Sueña que recuerda que eso es un lugar común.
Sueña luego que las severas contigüidades diurnas, la causa y el efecto, los silogismos, son sólo la apariencia de las verdaderas leyes, las que entreve en un sueño alcohólico y migrañoso. Sueña que debe abandonar la contigüidad supersticiosa de su conciencia. Se despierta y ha olvidado todas sus conclusiones. Tiene las manos vacías.

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