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domingo, enero 27, 2008

Lenguas de niebla

Al salir de la ciudad, soleado; pero nos damos cuenta en seguida de que hoy la niebla es caprichosa y se alternarán valles cubiertos y alturas despejadas con lugares donde el patrón será el inverso. En la gasolinera todavía vemos el sol, pero nos espera una etapa de opacidad. Desde algún punto, elevado y despejado, vemos cómo un dios de ignorancia y olvido ha distribuido sus lenguas de niebla para desconcierto de los mortales. Es mucho ver porque desde aquí hemos sabido a quién sí y a quién no, ambos grupos igualados en su ignorancia mutua y en el desconocimiento de la situación general.
Sin embargo, lo dicho es pretensión vacía porque es cierto que dominamos el terreno durante unos quinientos metros y sabemos que la niebla es un mosaico entre lo aleatorio y lo determinado por el relieve, pero mañana estaremos en otro lugar, habremos olvidado y habrá que conducir despacio.

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