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miércoles, mayo 28, 2008

Mujer con gazuza

Está a dieta. Nos lo anunció cuando llegó a trabajar hace tres horas y ya se ha saltado la pausa del café y las otras ingestas habituales. Serán luego las doce, la una de la tarde y se dilatará el tiempo prolongado de la jornada de trabajo al tempo largo de los desiertos entre comidas que son tenues, secos oasis.
Como está a dieta, le ponemos lírica y alguien le ofrece tabaco. Manifestamos lo que se manifiesta a la menor ocasión en la España de nuestros días, a saber, solidaridad; pero no le acompañamos en su empresa de Tántalo voluntario.
Esta dieta parece provocar pocas imitaciones. No han dado las tres y mañana, dice, deberé traer una manzana: en un intermedio se teoriza acerca de que no comer exige comer. Hay quien se pregunta si al ayuno le convienen aditivos u otras químicas. Alguien apunta que los emulsificantes, pero nadie parece tener claro de qué se trata, ni de si coinciden con los emulsionantes. ¿Con qué se mezcla el ayuno? ¿Y qué color adquiere a nuestros ojos?
Está a dieta y se va a su casa. No aguantará. Sigue una dieta gratuita, cuando es el dinero el que da sustancia al mundo, la garantía de nuestras mortificaciones.

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